El uso de un alcoholímetro personal es cada vez más común, debido al incremento de la conciencia social sobre el riesgo que supone conducir cuando se ha consumido alcohol. Pero aún se puede mejorar. Los habituales controles de alcoholemia y las pruebas realizadas a personas involucradas en accidentes de tráfico, demuestran que aún hay personas que conducen con una tasa de alcoholemia superior a la permitida. En muchos casos, creen que no la superan, sin tener en cuenta los diferentes factores que influyen en la tasa de alcoholemia.
Muchas personas no consumen alcohol de forma habitual, y por ello, no creen que comprar un alcoholímetro personal sea una opción, porque total “yo sólo bebo 2 veces al año” y “no me voy a gastar dinero en un aparato que no voy a usar” pueden ser algunas de las respuestas que te darían aquellas personas que consumen alcohol de forma esporádica.
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